domingo, agosto 05, 2007



No tiene las fuerzas para conseguir lo que quiere.
No cambiará de traje aunque le regalen uno nuevo.
No reconoce la importancia de la mirada o la franqueza.
No pide perdón en vivo y en directo.
No abraza cuando le duele.
No da pie atrás a sus decisiones erradas.
No sucumbe frente a sus pesares ni promesas interrumpidas.
No ve lo que está frente a él.
No perdona, calcina a quien toca sus membranas.
No recuerda lo que un día quiso y no pudo lograr.
No dice la verdad a menos que quiera conseguir algo.
No se abandona en una nube clara y mullida.
No cree merecer algo mejor en la vida.
No sufre por causas que le competen.
No divaga por algo que le importe.
No siente, no muere, no renace, no sucumbe.
Nada hace, porque no puede.
No da cabida a las causalidades.
Ha decidido ser un bufón más de la masa informe.
Amando , negando , sintiendo cuando ya el sentimiento no existe.
Queriendo a destiempo, odiando cuando no debe.
Ríe como las rocas, llora como la tormenta eléctrica.
No lo conoce nadie , ni la luna, su fiel compañera.
Se moviliza en la inercia.
Su cabecera es la única que sabe lo que le sucede.
No entiende los mensajes que la intensidad le regala.
No reconocerá cuando yerra y daña.
Negará todo , incluso cuando su conciencia le diga lo contrario.
Siempre se dice a sí mismo " no puedo", aunque no sea cierto.
Somete su felicidad al desierto de su alma.
Vacío , un hielo extraño y yerto lo ha perseguido siempre.
Como si mereciera las sobras, acostumbró su paladar al sabor de la pérdida.
Tan pestilente es el hedor que emana que termina hundiéndose voluntariamente.
" No rotundo", sensación equivalente a la franca agonía de la incompletez nunca confesada.