miércoles, noviembre 28, 2007

Confesionario


He vivido entre la levedad y lo divino .La despiadada visión de un destino marcado por la espera y la certeza han marcado mi investidura convirtiéndome en sujeto-víctima del narcisismo bien llevado.
Atesoro aquellos acontecimientos que parecen morir en el recuerdo, pero que se tornan imborrables.
Avanzo en la línea de tiempo , errando cada cuatro segundos y dando la cara por aquello que no me beneficia directamente. Una especie de cigarra-dromedaria que vibra con lo esencial y necesita de la implicancia para entender cada detalle .
Cada día transcurre de manera distinta , nunca tengo claro si lo que hago es lo correcto . De gris a celeste, los contrastes divagan con aquella paz que nunca alcanzo. Mis ojos se han vuelto ceniza de leños secos , la pasión pasó a ser un pariente lejano que no me visita hace mucho . Siento que el viento desordena mi cabello dándome pistas acerca de lo que busco y no encuentro . La memoria no me abandona , pero me castiga con el recuerdo de otros tiempos . La luna alumbra las noches donde el desequilibrio y la locura se han transformado en pasajeros de mi insomne y solitaria corporeidad.
He sufrido lo indispensable, aunque quisiera olvidar para siempre a aquellos que me han sacado la piel y se han retirado expulsando sin compasión las promesas en el garete.
Una especie de caricatura procaz, que evita llorar y finge que nada le falta. Me levanto cada día sin pensar en el futuro, me vuelvo hacia adentro, para visualizar lo que puedo alcanzar sin tanto esfuerzo.No le pido mucho a la vida, pero ésta me cela evitando que me resbale o haga lo que no está permitido . Camino con la frente en alto, cuento con los dedos de una mano a los personajes que han sido héroes de antología y no artistas de reparto. Tengo claras las señales que la vida me ha dado , así dimensionaré si es correcto enfrentar desde un comienzo aquello que fue relevante desde antes que generara sus efectos.

He sobrevivido con la convicción absoluta de que jamás acudiré a la autocensura ni al amor envuelto en papel de regalo para sentirme completa. No he dejado de luchar por una caricia sincera, un ramo de lavandas ,un te quiero acompasado, la compañía razonable, un café con azúcar y galletas de quaker; pasa el tiempo , hay bruma, también cascadas de estrellas que ríen con las flores .Nunca cambiaré una sonrisa por una mueca falsa. A ratos me subo a una nube y observo " desde arriba", lo que de cerca es borroso.

Pienso en la muerte, también en la desintegración de cada circunstancia que me ha dejado momificada. Mis dedos se prolongan , la mirada no divisa cambios en aquella estrecha ladera llena de lamentos y basofias. Intento no mirar hacia atrás.Algo evita que pueda obviar las palabras que han sido dichas con crueldad e irreverencia.

Busco respuestas en las plazas que he conocido, las cáscadas del sur y lo excelso de un invierno lleno de letras.
Degusto una copa de buen vino , entendiendo como sería tener todo lo que me ha negado el destino. Agradezco aquellos momentos donde la humanidad no ha sido ezquiva y los abedules dan ese aroma que evoca aquellos años donde todo estaba permitido.

He vivido entre el parpadeo de las moscas y la inseguridad que provoca aquel sentimiento encapsulado que detiene la respiración e impide recibir. .
Mi dormitorio se ha convertido en una gran bóveda donde cada objeto oculta un instante .
Tal vez suba a un árbol y desde la copa gritaré" aún estoy a salvo".
Añoro trascender en el corazón de algún alma errante , que sueñe con los colibrís y una vegetación exhuberante ,que tenga como misión en la vida descubrir mundos donde la sequía no ha cesado; planteándose el desafío de sembrar en aquellos montes planos y mustios donde nadie plantaría ni un cactus. Tendrá que saber de antemano- desde el instante que me vea a los ojos -, que no habrá nadie que le importe más en el mundo. No transaré mi libertad por alguien que no me brinde la paz por la que he luchado. Llegará el día donde alguien encontrará la llave precisa en el lugar y momento adecuado, y no tendrá que ser cerrajero para abrir las puertas de mi alma . Cuando eso suceda,mi hogar tendrá puertas tan amplias como para recibir a todos los que quiero y recibirán para siempre mi incondicional cariño .
Mi capacidad de amar crecerá junto a los libros que no dejarán de multiplicarse.
Exijo justicia para este corazón forastero que está cansado de dar sin pedir nada a cambio.
Cuadro:" Confesión sellada con ceniza"
Claudia Perenzalez (Oleo sobre tela 80 x 100 cms.)