domingo, julio 04, 2010

Volver




Es preciso saber que sólo se puede volver después de renacer, en conciente libertad , sin ornamentos, sordo frente a las palabras de dudosa procedencia ,reticente a la ligereza porque nada aporta, también a aquellos seres que la debilidad de espíritu vuelve reales , a pesar de que nunca estuvieron o que aparecen sólo en la dicha.

Volver sin los miedos del ayer,con una mirada crítica frente a la fatalidad y la ambición desmedida,convirtiéndonos en meros espectadores de este festín de caballeros templarios que opinan sin razonar, sometiéndose sin dignidad.

Detenernos nos ayudará a enfrentar la autoprocreación como un lapsus delirantemente íntimo, donde somos parte de un todo, pero estamos intrínsecamente solos, y eso es lo que nos ayuda a levantarnos, porque es lo único que podemos manejar.

La luz se encenderá sólo cuando creamos en nuestro poder, sino todo lo construido se derribará . La luz interna alumbrará todo aquello que la voluntad no alcanza. No hay nada que nos ayude a poder clarificar de mejor forma la vida y sus dicotomias que " volver en claridad" .

El tiempo internaliza naturalmente la traición, la duda, la sutileza que encierra el amor sin apelativos, sorteando la adversidad con el rostro henchido y la sonrisa plena , la batalla no se gana, sólo se confronta . Se aprende a olvidar aquello que sólo sirve para que el alma se hunda.

Volver después de tanto pensar, de diluir e ignorar no es un acto heroico,tampoco una friolera , es simplemente creer en sí mismo, darse una oportunidad . El destino encierra laberintos, llaves perdidas, fogones encendidos, también milagros y sentimientos que rebalsan.

Es parte del proceso, de entender que el presente es breve y el pasado ya no existe. La temporalidad es un estado estacionario,el destino pasa a ser más absurdo que un ser humano queriendo lograr la perfección moral, nos damos cuenta que no somos capaces de dominar nada, ni siquiera a nuestra mente, que todo lo puede.

El dolor acaba siendo como el mal aliento, asqueante pero soportable, sin embargo, aquello que nos destrozó no muere,sólo transmuta, dando origen a una espiga de trigo u ortiga venenosa.

Con los años volvemos al origen, la certeza se convierte en verdad cuando existimos y creemos sin sentirnos culpables de mostrarnos como realmente somos.