viernes, agosto 18, 2006

Como dos extraños

En materia de responsabilidad y eficiencia, soy la número 1. Cumplo religiosamente con todo lo que se me encomienda " llueva,truene o relampaguee".No hay obstáculos ni negativas para mí, ni siquiera los problemas por los cuales muchas mujeres acuden a terapia y así descargar todo aquello que " el compañero de turno" no entiende o no desea entender. No pierdo el tiempo en cosas que no valen la pena. Pocas situaciones me destrozan.Menos pasarían a ser de conocimiento público aquellos secretos que no le he confesado ni a mi cabecera.Soy reservada y muy recelosa con mi intimidad. Sin embargo, no me quejo de la vida que llevo.Aunque a veces caigo en cuadros de monotonía, salgo adelante porque soy optimista además de tener muy claro de lo que quiero en la vida.Entro a las 9 : 00 de la mañana a un trabajo que " me cayó del cielo". Mi jefe es el marido de mi madrastra, que quedó viuda de mi padre apenas egresé de la Universidad. Ella me crió y la siento como mi madre. Hace 3 años convive con el gerente de la empresa de Publicidad donde tengo a cargo las relaciones públicas. El sueldo es lo suficientemente bueno como para - a mis 32 años - tener departamento, auto, y una pequeña cabaña en la playa, sin contar todas las supercherías que compro mensualmente para atiborrar mi enorme closet que ya no da abasto.
Mi pareja, que vive a 5 minutos de mi apartamento, pasa todas las mañanas a buscarme.La razón es simple, trabajamos en la misma empresa y como él es un machista sin remedio, le concedo el beneficio de sentirse el hombre de la casa en ese tipo de cosas que no dañan a nadie, como abrirme la puerta del auto, botar la basura, en fin, todo ese trabajo sucio que a las mujeres nos deprime y a ellos los hace sentirse indispensables.Lograr el equilibrio no es fácil, sobretodo en una relación donde hay un conocimiento donde la empatía ha sido la base de nuestro amor.Aprovechamos esos minutos de la mañana para conversar y compartir.Siempre con su mejor sonrisa y el mismo cd de Frank Sinatra que nos ha acompañado por casi 10 años de noviazgo eterno.Es de rituales. Siempre tiene bombones de café en su portadocumentos y entradas para ir al cine en el espejo del copiloto. No le gusta que maneje con el tráfico matutino. Además de mi pareja es mi mejor amigo, hermano, partner y compañero. No concibo la vida sin él.
Cada cual tiene su mundo. Aunque él sea el hombre en mi apartamento y yo la mujer en su loft. Compartimos aficiones, gustos, vacaciones. La relación se ha basado en una confianza a toda prueba. El tiene sus amigos , yo los mios.Cada cual celebra su cumpleaños en "su espacio".A ninguno de los dos se nos ocurriría revisar el celular o billetera del otro. En el instante preciso en que el respeto por el otro se acabe, es mejor decir adios. Ambos pensamos igual y lo hemos hablado un sinnúmero de veces. No hay secretos entre nosotros.
No deseo casarme aún. Aunque no sé si me case alguna vez.Ya perdí la cuenta de las veces que mi pareja me ha pedido matrimonio. Hace dos años , para una Navidad, me regaló un anillo de compromiso.Fijamos fecha. Reconozco que he puesto muchas limitantes al respecto.Me aterra la idea de que no resulte. Mis amigas dicen que es una postura narcisista y un tanto egocéntrica. El es mi vida pero no sé si seré la de él. El dilema es el siguiente : ¿ Podré resistir un posterior fracaso ?. Creo que en el fondo necesito manejar la situación para no hacerme parte de un complot masculino, donde todo comienza bien, y termina siendo la mujer la condenada a enamorarse perdidamente.Tengo miedo. Pánico. Ante eso mejor la soltería sin fanatismos.
Me gusta despertar cada mañana y no tener que lidiar con toallas mojadas en el baño ni camisas a medio planchar. Cada cual su mundo, es lo más sano. ¿Hijos?, no sé, tal vez un par. No sé cuando, ojalá antes de los 40 .
Tampoco tengo claro si deseo tener hijos con mi actual pareja.
Total, aún me queda tiempo.