sábado, noviembre 18, 2006

Giros



Corre la demencia.
La cabeza da vueltas.
Como el destiempo, como los cometas.
Un fugitivo se lamenta.
Porque no hay mal que desaparezca.

En la calle un vagabundo le sonríe a la desesperanza.
La vida lo castiga, como si no tuviese derecho a nada.
Ni a sentir con justa causa.

En la ciudad se respira la inconsistencia.
Tanta carencia, el deleite se ausenta.
Opuestos confluyen entre las estrellas.
Precipitado final lleno de mordazas.

Miles de comodines lanzados al vacío.
Un haz de luz atravezando la presencia.
Como si fuese insobornable.
Subyugados a una globalidad sin justificativos.

Divaga la carne trémula .
Vive el hombre acobardado.
Danza de giros.
Soñar no es un bien de apreciación pecuniaria.