domingo, octubre 01, 2006

Arlequín


Arlequín, bufón del desencuentro, del destiempo y de las auras.

Sentado en una cumbre, bailando en vaivén en una inexistencia flagrante.

Una cuerda floja. ¡No te caigas, Arlequín, no te caigas!.

Cáustica indumentaria, con el rostro pálido y una lámpara alumbrando.

Identificación perpleja, Arlequín, aquel maquillaje que delira por tu alejamiento.

Remedo fascinante, escuchando tremebundo la melodía vigilante de las golondrinas.

Confines distantes, Arlequín, aquel horizonte decolorado y cetrino.

Habla en francés, mon cherrie, el público sólo escucha lo que no remece.

Mueve tus cascabeles, como las serpientes, llamativa y suficiente.

Es por ello, Arlequín, que tu historia no reviste análisis.

De perfil no de frente, cadavérico como el hielo.

Inercia iluminada, tus cabellos dorados iluminarán tu semblante.

Tormentas , el invierno nunca acaba.

Y tu recuerdo ,quema como el infierno.

¿Dónde estás ?, ¿Cómo te llamas?.

Arlequín que huele a cruel sexo, a mente ácida-putrefacta.

Quien sabe de tí.

¿Serás más que un capricho sublimado?.

Recobrarás tu nombre cuando te deshagas del antifaz.

No serás más que un navegante.

El altamar te cubrirá y llegarás a un lugar donde los cuerpos pierden lo que nunca se alcanza.

¿Qué harás ?,Arlequín, ¿Subsistirás?.

Un impulso intestinal te perseguirá pura y simplemente.

Como los gatos, Arlequín, aún puedes cambiar sin que nadie lo note.

Con 7 vidas, 7 canciones, 7 páginas que no dicen nada.

Podrás escribir tus memorias , podrás decir que aún divagas.

El encantamiento hace posible que los anillos del árbol sean alianzas.

En latín, Arlequín, vuelve a tu origen , a tu propia cripta.

El idioma del perdón dará siempre el indicio más relevante.