La interrelación hombre- mujer es compleja, partiendo de la base que las necesidades femeninas son inversamente proporcionales a las del sexo opuesto. Los hombres no desean melodrama y nosotras queremos que nos digan cada 5 minutos que nos quieren. Volvemos al laberíntico juego víctima-victimario. Los hombres se ocultan tras el mito de que son sementales per sé y las mujeres seguimos llorando por exigir respuestas donde no las hay o esperando señales y rosas para cada aniversario.
No han cambiado tanto las cosas en el fondo, aunque sí en la forma. Actualmente la mujer además de dueña de casa, madre de los hijos y del marido , esposa, amiga y amante de su pareja ( es posible que tenga un par fuera de casa) debe trabajar. Enhorabuena. El cuadro ha cambiado. Las mujeres nos situamos en un plano de "igualdad". Igualdad de palabra al menos, porque aún existen muchas limitantes para las mujeres .La subyugación ya no es solamente digno de un discurso feminista, sino que es el punto focal de lo que actualmente llamamos " Igualdad de género", que es ya parte de un conflicto social más que interrelacional.Es importante también tener presente el hecho de como enfrentamos los diversos obstáculos que nos va poniendo la vida y como sorteamos el hecho de haber nacido diferentes - aunque neguemos el hecho de serlo - necesitemos tanto o más la oportunidad de crecer y desarrollarnos como personas integrales sin trabas ni barreras.Tanto mito, tanta historia, tanta histeria encubierta,las mujeres no estamos para ser objetos de decoración sino para tener las mismas posibilidades que han tenido los hombres , sin discriminación ni solapados maltratos.
Me retrotraigo a la pregunta inicial. Inevitable es pensar en muchos hombres que rodean mi vida. No me refiero a un séquito personal, sino a esos que diariamente aterrizan 20 minutos e inclusive comparten conmigo sin necesariamente estar junto a mí.Cuando he osado en preguntar el motivo de su apatía, y el porqué prefieren la soltería a tener una pareja estable, todos coinciden en que se sienten sobrepasados.No comprenden que les pasó a las mujeres, sienten que sobran, que ya no son indispensables, que las mujeres superan más adversidades que ellos, y que simplemente la anhelada igualdad les ha traído puros dolores de cabeza.
Está en " crisis " el " otro sexo". Hace cuarenta años los hombres eran los protagonistas de la Historia, la mujer era considerada un baluarte cuya misión era limitada. El hombre " hacía y deshacía ", sin necesidad de dar explicaciones. Las mujeres vivían décadas al lado de hombres emocionalmente limítrofes, necesitaban de alguien que las mantuviera. Aparentemente todo era más equilibrado. Ellos se sentían importantes e imprescindibles. Ellas las procreadoras por excelencia.
No quiero decir que los hombres hayan cambiado sustancialmente, ni menos que sean más sensibles y empáticos que antes . La " guerra de los sexos" es cuento viejo, cada bando ha ido generando sus anticuerpos en relación a cualquier situación que desestabilice la " sana convivencia" ( el sueño del pibe).
Las mujeres damos ultimatum sin temor a un término próximo de la relación, sin importar sentimientos comprometidos ni " situaciones menores"como los hijos, bienes materiales de por medio, proyectos a futuro, solidez,es decir,lo que ya no funciona se acaba sin mayores análisis.No cuestionamos el hecho de tener o no hijos en común o una situación económica consolidada.A la hora de hacer un balance, la tranquilidad mental prima y si la situación no da para más, " the end".
Los tiempos han cambiado, corren nuevos aires. El amor es cuento de pájaros ciegos, dicen por ahí. Ahora todo se transa. Todo tiene un precio. Por eso el matrimonio ha pasado a ser una casualidad no un fin en sí mismo.
Entre el matrimonio y la convivencia sólo existe una diferencia: El contrato.
Existen matrimonios estables en el tiempo. También parejas que han sabido sobrellevar su vida y el hecho de no haber firmado un papel, y eso no los hace ser "menos pareja". La convivencia ( me refiero a parejas que no se han casado, pero comparten su vida como si lo fueran)es un matrimonio de hecho.
¿El divorcio ?, tanto o más común que el matrimonio. Romper el contrato, pagar el precio del " error" o " amor pasajero".Nada es eterno, dicen por ahí. Con un par de millones quedas soltero ( a) de nuevo. En todo caso, conozco muchas " mujeres u hombres COMPROMETIDOS" que tienen " affaires" y no necesitan "divorciarse",a veces con el consentimiento tácito de la contraparte ( e inclusive expreso).
Las relaciones de pareja, al igual que cualquier interrelación donde prima el afecto, el cariño y la proyección , son impredecibles , se alimentan de tolerancia, dulzura y madurez, sino el término se torna doloroso , traumático e inminente.
No creo que las mujeres seamos tan egocéntricas como para creernos las " Reinas del Imperio Humano" Me preocupa el hecho de que cada día sea más dificil consolidarse afectivamente con alguien. Es complicado cuando los roles se tornan ambiguos. Los hombres sólo saben dar estabilidad, aunque no aquella que nosotras a veces necesitamos sino la que " ellos creen que deben dar" y las mujeres queremos estabilizarnos sin ayuda externa, pero internamente soñamos con tener a alguien que nos entienda y respete.
Ellos han tenido que aprender a dejarnos nuestro espacio, ver como avanzamos en la escala evolutiva y a aceptar la admiración de terceros.
Todo este panorama es observado con catalejos. Un hombre no aceptará la superioridad expresa de una mujer. Primero muerto.
No sé que será mejor, asumir la soledad como sustantivo o como pronombre.
Al fin y al cabo, cada cual labra su camino.
Así que queridas amigas, compañeras, hermanas y también miembros del sexo " fuerte", los invito a reflexionar.
¿Será qué estamos exigiendo demasiado?.
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